Adaptación
La palabra adaptar
proviene del latín, y su origen se asienta en la palabra daptare, que a su vez,
es un verbo compuesto por dos partes; un prefijo ad, cuyo significado es
“hacia” y un verbo aptare,, que se traduciría como “ajustar” o “equipar”, es
decir, que significaría ajustar una cosa a otra y, ¿no es así en la
actualidad?.
Cómo futura profesora de infantil,
debo de aprender a adaptar textos del folclore, ya que, personajes como los
Hermanos Grimm o Perrault, escribían recopilaciones de historias para un
público variado desde adultos hasta niños y, la actualidad dista mucho de lo
que ocurría antaño, por tanto debemos adaptarlos a la edad y al desarrollo del
grupo al que queramos contarles la historia.
Existen muchos tipos de
adaptaciones: manteniendo el hilo de la historia, manteniendo alguna parte del
esquema, o manteniendo los roles de los personajes.
En mi caso he mantenido la figura
del apuesto joven, que tras verse sin nada que llevarse a la boca, decide
buscarse la vida y, en su fatídica búsqueda, se topa con un ser fantástico que
le realiza una propuesta y si la cumple conseguirá todo lo que siempre había
deseado. Tras un gran sufrimiento, supera la prueba y acaba en brazos de su
amada, a la que ha conocido en su tiempo de penitencia.
Al ser un cuento adaptado a niños de
4 a 6 años he eliminado personajes como el demonio, ya que para los niños a
esta edad esa figura puede provocarles miedos infundados y negativos. El hombre
de la piel de oso no tenía un nombre específico y, sin embargo, en esta adaptación
se le ha dado un nombre, puesto que así, lo niños pueden identificarse más con
la historia y vivir la magia del cuento.
Se han eliminado también las
muertes, ya qué el objetivo principal, la moraleja, es tener fe en uno mismo,
saber que todo se puede conseguir si luchas por ello.
El uso ocasional de ritmo y
retahílas, está muy unido a este periodo de edades, por lo que aparece a lo
largo de la historia y en ocasiones ligados a la figura del personaje mágico, por tanto, el lenguaje, es claro y sencillo para que los niños no pierdan el hilo de la historia.
A continuación os adjunto mi
adaptación titulada Juan y su doble nariz.
No hace mucho tiempo, en un país no
muy lejano había un joven bastante guapo. Este chico vivía en su casa con su
familia, pero no tenían el suficiente dinero para que comieran todos y Juan,
que así se llama el protagonista, tuvo que salir a buscar algo de trabajo, eso
sí sin dejar de estudiar.
Buscó por todos lados un trabajo,
de una cosa y de otra, pero no encontraba nada, se sintió muy triste y se fue a
descansar a un parque y en un banco se sentó. En ese momento ¡qué sorpresa! una bruja apareció, al ver a
Juan en un banco sentado se acercó y le dijo:
- Muchacho
¿ qué te ocurre?.
A lo que Juan contestó:
- Perdone
señora - porque era muy educado - no encuentro trabajo y no puedo volver a casa
sin nada para comer.
La bruja piruja decidió proponerle
una cosa:
- Muchacho
¿cómo te llamas?
- Me
llamo Juan señora.
- Juan
no sé si te habrás dado cuenta pero soy una bruja mágica - Juan se había dado
cuenta de todo, porque claro viendo a una mujer con un súper sombrero de pico y
una escoba, hacia sospechar…- y quería ayudarte a poder comer, siempre y cuando
cumplas lo que te digo.
Juan, estaba desesperado y lo
aceptó, fuera lo que fuera.
- Mira
Juan, yo se que tú eres valiente, así que vas a tener que recorrer todas las
ciudades del mundo sólo, sin ayuda de nadie, solo con este pantalón mágico que
te ayudará en tu camino, ¡pruébalo! mete la mano en el bolsillo y, si consigues
completar este viaje, nunca más volverás a estar triste ni pasar hambre y
podrás tener una familia feliz, eso sí, hay una cosa más, para poder completar
tu aventura debes saber que dejarás de ser un chico tan apuesto y tendrás una
verruga del tamaño de tu nariz en la frente.
Juan, muy sorprendido, se miró en
un escaparate y se asustó; qué feo estaba, a continuación metió la mano en el
bolsillo y sacó un euro, luego otro euro y así, de euro en euro, podría ahorrar
lo suficiente y dijo:
- Yo
puedo con todo y se lo voy a demostrar, ahora mismo comienzo mi viaje.
Juan cumplió con lo que la bruja le
había dicho y fue primero a un país, muy a duras penas, porque no tenia nadie con
quien compartir su aventura. Las cosas que necesitaba las tenía que conseguir
con mucho trabajo y con los euros que sacaba de su pantalón mágico y, además,
tenia casi casi dos narices y, la gente al verle, se alejaba de él.
Pasó un mes y un continente, que
son muuuchos países juntos; luego otro mes y otro continente más.
Juan estaba cansado y muy triste
pero quería conseguir lo que la bruja le había propuesto así que, siguió su
camino.
En un país muy lejano, llamado
Estados Unidos, conoció a una chica muy guapa y muy buena a la cual le contó su
historia. Estuvo ahí un tiempo con toda su familia, sus tíos, sus abuelos, sus
primos, pero claro… si no seguía su camino, no conseguiría lo que la bruja le había
dicho y le dijo a Sara, que así se llamaba esta chica:
- Tengo
que seguir hasta llegar a mi destino, pero volveré porque quiero formar una
familia contigo y tener hijos y una casa muuuy bonita. Espero que tu también quieras.
A lo que Sara contestó:
- Claro
que sí Juan, siempre te esperaré - hay que decir que Sara se había enamorado de
un chico que estaba muy sucio y, no nos olvidemos de la segunda nariz, porque
claro, llevaba viajando mucho, mucho tiempo; había pasado hasta por la China,
tenía la ropa rota, había perdido los cordones de los zapatos, bueno y hasta
los zapatos, llevaba el pelo largo, con barba, pero a ella no le importó.
Pasó otro mes más y otro continente
más, y otro mes más y otro continente más, y después de más de 3 años, no se lo
creía, pero volvía a estar en su barrio, en su calle y en el mismo parque donde
vio a la bruja por primera vez.
Y de repente ¡sorpresa! ahí estaba
la bruja que le dijo:
- ¡Enhorabuena
Juan! has sabido cumplir con lo prometido y yo haré lo mismo contigo y….de
repente:
- ¡Biribirí
Biribirá, por sorpresa todo cambiará!
La bruja sacó su escoba y le barrió
de arriba abajo hasta dejarle más limpio que tú cuando te bañas, con ropa nueva
con el pelo corto y sin esa nariz y…¡ con un chasquido de dedos! le mandó a
Estados Unidos, al pueblo de Sara.
Juan pasó por delante de una tienda
y se miró en el cristal y pensó - Sara me ve así y no me va a reconocer – llamó
al timbre de su casa y salió ella.
Juan le dijo:
- Que
chica más guapa me abre la puerta, ¿te gustaría casarte conmigo?.
Claro, Sara al ver al chico que
estaba en la puerta pensó – ojalá fuera Juan, pero no se parece nada de nada,
¡qué decepción! no se creía que un chico tan tan tan limpio pudiera ser Juan.
Sara, sin poder decirle nada, iba a
cerrar la puerta asustada, pero de repente Juan dijo:
- Sara,
no te asustes, de Europa vengo por Asia pasé y en Estados Unidos de ti me
enamoré.
En ese momento Sara se dio cuenta y
saltó a los brazos de Juan de los que nunca más se separó.
Y gracias a la bruja y a la
valentía de Juan, este cuento bien ha podido acabar con las bodas y un manjar.
Y colorín colorado este cuento se ha
acabado y colorín colorete por la chimenea ¡Sale un cohete!
Bibliografía
- Apuntes asignatura literatura infantíl, La Salle Centro Universitario.
- http://definicion.de/adaptacion/
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ResponderEliminar¡Hola María!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu adaptación, por lo que no dudaría en tenerla en un futuro en mi clase, para poder leérsela a mis alumnos por el enfoque que le has dado a través de rimas. Además, has adaptado el cuento "El hombre de la piel de oso" a la actualidad, por lo que los niños pueden entenderlo de mejor manera.
Respecto a la introducción de tu justificación, me parece interesante que empieces con el significado de la palabra "adaptar", ya que la actividad se trata de realizar una adaptación y pocas veces podemos ver una introducción tan bien realizada.
Por último, no comentas en tu justificación cómo es el lenguaje que empleas en tu adaptación, por lo que te animo a que lo pongas, ya que pienso que es un punto importante en la justificación.
Un beso, y espero que te sirva de apoyo mi comentario.
Muchas gracias por tu comentario Elena! Me alegró que te haya gustado mi adaptación y sobre todo que pienses el usarla en tu futura aula.
EliminarRevisare lo que me has comentado.
Un beso!
Muchas gracias por tu comentario Elena! Aplicaré lo que me has dicho puesto que seguro que me permite mejorar! Un beso.
EliminarElena... los cuentos folclóricos son para ser contados, no para ser leídos... por lo demás tu comentario es interesante y aporta buenas ideas.
EliminarMaría, me ha gustado mucho tu adaptación; es muy divertida y muy cercana para los niños.
ResponderEliminarEn la introducción, sin embargo, hay un par de cositas que debes revisar:
Las adaptaciones pueden ser variadas, vale, pero si nos movemos en el ámbito de los cuentos folclóricos, hay mucho estudiado al respecto y no es lo mismo adaptar que "inspirarse en". En una adaptación de este tipo es imprescindible mantener el esqueleto del relato, los motivos principales y los roles de los personajes (aunque cambie su sexo, su condición social o su "esencia" - el diablo por la bruja, por ejemplo-.
Recuerda que "moraleja" no es lo mismo que "enseñanza". Este cuento no tiene moraleja. La moraleja es explícita, es decir, el cuento acaba con una o varias frases en las que se explica su sentido y su mensaje. Aquí no debes usar el término "moraleja".